CASOS DE ACCIDENTES OCURRIDOS EN MINASDE ORO A CIELO ABIERTO. MINA PORGERA, PAPÚA, NUEVA GUINEA

INFORME INDEPENDIENTE SOBRE LA DESTRUCCIÓN AMBIENTAL CAUSADA POR LA MINA PORGERA (11 de diciembre de 1995)

Observar la vigencia de este artículo, han transcurrido casi 15 años a la fecha.

El Instituto de Política Minera (Mineral Policy Institute), la Ayuda Comunitaria en Ultramar (Community Aid Abroad), la Fundación de Conservación de Australia (Australian Conservation Foundation) y el Fondo Mundial para la Naturaleza (World Wide Fund for Nature) hicieron hoy un llamado para la detención inmediata de la destrucción continua del ambiente, y de las amenazas a la salud para la población local, provocadas por la mina de oro en Porgera, Papúa Nueva Guinea.

Dichos grupos alegan que la contaminación causada por la mina, la cual está manejada por tres empresas australianas, es peor que la contaminación provocada por la mina Ok Tedi.

Un informe independiente, elaborado por el Instituto de Política Minera, ha dado a conocer lo siguiente:

"La compañía minera contamina el entorno de 7.000 personas con altos niveles de metales pesados que son potencialmente tóxicos.
La salud y el bienestar de la comunidad local se ven amenazados por la contaminación y sus impactos sobre la vida silvestre, las granjas y el medio ribereño.

Algunos metales pesados alcanzan niveles que son 3.000 veces los límites legales de Papúa Nueva Guinea, pero se ocultan estos datos por una inadecuada fiscalización y suministro de información".

Este informe se basa en el trabajo de Philip Shearman, un asesor al Foro de Apoyo de Derechos Individuales y Comunitarios (Individual and Community Rights Advocacy Forum), y examina los impactos de la mina, propiedad conjunta de Placer Pacific, Renison Goldfields Consolidated, Highlands Gold (Mount Isa Mines) y del Gobierno de Papúa Nueva Guinea.

Los grupos manifestaron que las compañías mineras deben empezar de inmediato a construir un embalse de almacenamiento para los desechos mineros nocivos, a fin de evitar más daños al medio ambiente, incluso la contaminación de los ríos con altos niveles de mercurio, arsénico y otros metales pesados.

También hicieron un llamado para una indagación inmediata e independiente sobre las denuncias de muertes de aldeanos, que se dieron como resultado aparente de la ingestión de comestibles contaminados. La muerte de un aldeano, denunciado por un médico en el Hospital Sopas como resultado posible del envenenamiento con arsénico, provoca preocupaciones serias sobre la contaminación. Los grupos sostienen que el Gobierno australiano condona, o incluso activamente promueve, la contaminación del sistema fluvial al otorgar y suministrar seguros y préstamos.

Por otra parte, los grupos pidieron que el Gobierno realizara una indagación independiente y detallada sobre la operación de todos los proyectos mineros que son propiedad de, o manejados por, australianos en la región Asia/Pacífico, y la implementación de un código de conducta con fuerza legal para las compañías australianas que tienen operaciones en ultramar.

RESUMEN
PORGERA: UN LEGADO DE DESTRUCCIÓN

La mina de oro de Porgera en la provincia Enga de Papúa Nueva Guinea inició operaciones en 1990. En un corto período de cinco años, en la región aislada de Papúa Nueva Guinea, la mina ha provocado una enorme destrucción ambiental, así como una gran desarticulación social. La contaminación que se relaciona con la mina es peor que la contaminación de la mina de mala fama Ok Tedi.

El funcionamiento de la mina Porgera, de lo cual hasta ahora en gran parte no se ha rendido informe, recalca el pésimo récord ambiental, social, económico y de derechos humanos de las compañías mineras que son propiedad de australianos o que tienen su sede en este país. Se exige la atención inmediata del Gobierno australiano para fiscalizar las actividades de estas compañías y dejar de asegurar y subsidiar los proyectos que redundan en desastres económicos, sociales y ambientales para los propietarios locales y Papúa Nueva Guinea.

MATERIALES PELIGROSOS

La mina descarga desechos peligrosos que son potencialmente tóxicos, en cantidades muy superiores a los niveles permitidos por la ley australiana, o por la ley de Papúa Nueva Guinea.

Se han medido estas descargas en niveles que alcanzan hasta 3.000 veces los límites de Papúa Nueva Guinea. Los niveles de metales pesados cerca del lugar de descarga son tan altos que el área sería declarada un sitio contaminado en Austalia y probablemente causaría que el NHMRC hiciera un llamado para una investigación de los impactos sobre la salud humana. Estos niveles de contaminación normalmente solo se encontrarían en los sitios industriales más contaminados del mundo.

NIVELES DESCONTROLADOS DE MERCURIO

No hay restricciones legales sobre la cantidad de mercurio que Porgera descarga en el río Strickland, a pesar de un amplio reconocimiento de que éste es uno de los metales pesados más nocivos. Los niveles de mercurio por debajo del sitio minero son tan altos que por lo general solo se les encontraría debajo de una mina de mercurio.

Esta situación presenta un riesgo inaceptable a la salud humana, y no se permitiría ni en Australia ni en otros países desarrollados. Solamente ocurre porque la mina y el gobierno se han puesto de acuerdo en no poner límites a los niveles de contaminación de mercurio, ya que saben que la mina, como actualmente está, no podría cumplir con ninguno de los estándares que se consideran seguros para los seres humanos y los ecosistemas.

DESTRUCCIÓN DE LOS MEDIOS DE SUSBSISTENCIA DE LOS PROPIETARIOS

Los aldeanos creen que la contaminación de metales pesados y los altos niveles de sedimento destruyen los jardines ribereños y la población de peces, y tienen un impacto sobre otras especies, tales como los cocodrilos y las tortugas. Los niveles de sedimento parecen alcanzar niveles muy superiores a los niveles estimados por la Empresa Conjunta Porgera (Porgera Joint Venture).

Los jardines ribereños y los recursos alimenticios también están destruidos, debido a que han sido enterrados en el sedimento. Por otra parte, el sedimento provoca desbordamientos del río, y obstaculiza la reproducción de peces y cocodrilos al eliminar los pozos de agua limpia donde esta reproducción normalmente tiene lugar. Los aldeanos manifiestan que esto redunda en severos impactos en la disponibilidad de comestibles y artículos para el comercio, tales como pieles de cocodrilos. Además, el río pierde profundidad y la corriente fluye más rápido, lo que dificulta viajes por ello.

UNA ZONA DE 140 KILÓMETROS SACRIFICADA POR LA CONTAMINACIÓN

El Gobierno de Papúa Nueva Guinea ha permitido que los primeros 140 kilómetros del río debajo de la mina se conviertan en una zona sacrificada, sin límites de los niveles de metales pesados peligrosos y potencialmente letales. Más de 7.000 personas habitan esta área y, por lo tanto, efectivamente están sujetas a un régimen ambiental que permite la contaminación sin límite alguno de su medio.

La contaminación continua del medio de la comunidad de Papúa Nueva Guinea, y la subsiguiente desarticulación social y el sufrimiento, son abusos de los derechos humanos. Hasta la fecha, estos abusos han sido condonados o aun promovidos por el Gobierno australiano, tanto de forma directa, por el otorgamiento de seguros y préstamos, como de forma indirecta, por mantenerse callado en cuanto a asuntos como Ok Tedi, Porgera y Lihir.

DENUNCIAS DE MUERTES Y PROBLEMAS DE SALUD

Ha habido denuncias difundidas de muertes a lo largo del río Strickland que los aldeanos relacionan con el consumo de animales. El administrador del distrito local informó de 133 muertes extrañas entre 1991 y 1993, sobre las cuales se pidieron los comentarios de PJV. Recientemente, Dr. John Konga, un funcionario del hospital Sopas Adventist en Wabag, en la provincia de Enga, examinó un muerto de la Aldea Ambi, Lago Kopiago. Comentó que las pruebas de sangre indican que la muerte podría haber sido causado por un envenenamiento con arsénico. La naturaleza súbita de estas muertes en una región con niveles significantes de metales pesados, incluyendo el arsénico, exige una investigación independiente más detallada.

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